
Cuatrocientos golpes contra la pared
han sido bastantes para aprender
a encajar con gracia y caer de pie,
a esconderlo dentro y llorar después.
Por eso cuando dijo que no me quería,
apreté los dientes dije que me iría.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Se quedaron todos rotos por el suelo,
uno fue a clavarse en su chaqueta de cuero.
Los cogí de prisa y me los guardé,
por si hacían falta para otra vez.
En medio de mi pecho quedó un agujero,
pa’ que no se viera puse mi sombrero.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Dejé solo un trocito dentro de su bota
para que le duela si se va con otra.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación,
por toda la habitación,
por toda la habitación.
han sido bastantes para aprender
a encajar con gracia y caer de pie,
a esconderlo dentro y llorar después.
Por eso cuando dijo que no me quería,
apreté los dientes dije que me iría.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Se quedaron todos rotos por el suelo,
uno fue a clavarse en su chaqueta de cuero.
Los cogí de prisa y me los guardé,
por si hacían falta para otra vez.
En medio de mi pecho quedó un agujero,
pa’ que no se viera puse mi sombrero.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Dejé solo un trocito dentro de su bota
para que le duela si se va con otra.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación,
por toda la habitación,
por toda la habitación.
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