
- Espera, aun no me quiero ir... Todavía me quedan cosas por decir, por hacer...
- No, ya es suficiente. Todo lo que quisiste hacer ya lo hiciste. ¡Debes volver!
- ¡Por favor! ¡Déjame seguir soñando!... Es que no me he despedido de él, y si regreso así, sin un beso, me sentiré vacía por siempre.
- Está bien... Pero cuentas nada más con cinco minutos. No tardes.
Aquí está él, los dejo solos para que puedan conversar.

“Espero que estas palabras te queden grabadas en el corazón, y que aunque no recuerdes esta conversación que entre sueños mantenemos, muy dentro de ti, me sientas.
“Tantas veces nos despedimos ¿no?... quiero decir... siempre al encontrarnos estaba latente la partida. Y a pesar de todo, jamás nos dijimos adiós. Pero al parecer es algo que está escrito en el libro de la vida. Hoy es hora de decirte adiós.
“Perdona estas lágrimas, es que nunca he hecho algo tan difícil... Tardé mucho en darme cuenta que sólo estás en mis fantasías y que no puedo pasar mi vida pensando en quien no puedo, ni debo amar.
“No sé realmente si tuvimos algo, o si solamente lo tuve yo; si en cada mirada entregábamos la vida, o si era mi vida la que escapaba de mi para caer rendida en tus manos, no sé... Sólo sé que es hora de marcharme, de dejarte atrás y volver con los míos a recorrer los mismos absurdos caminos.
“Te amo Caballero... y me duele amarte... ¡Dios, cuánto me duele! me hiere en cada centímetro de mi piel, y es sólo por no poder tenerte... o retenerte.
“No tengo muchas más palabras, ya todo te lo he dicho...Shh... Calla... No digas nada, no es tu voz lo que quiero llevar como recuerdo...Sólo déjame ver tu semblante así... Sólo mírame. ¿Puedo tomar tu mano? Déjame abrazarte, deja que sienta tu respiración... Eso... Esto es lo que quiero recordar. Dame un beso, el último beso, el beso que quemará mis labios aunque pasen más de cien años...”
- Thara, ya es hora, aun tienes que tomar un avión. Despierta ya por favor.
- Sí, ahora voy. Sólo una cosa más...
“Gracias por haber estado ahí, gracias por devolverme la confianza que había perdido en mi. Gracias por recordarme quien soy, gracias por seguir siendo tú, a pesar del tiempo.
“Te amo Caballero... ADIÓS”
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